Mi gente ... Triana ... Maratón ... 30km ... José Antonio, tu Novia ... tela de buena tío.
He decidido comenzar así mi crónica, quizás algun@s no lo entiendan, pero otr@s seguro que si, en realidad no dice nada pero al mismo tiempo lo dice todo.
Afrontaba mi primer Maratón con mucha ilusión y sobre todo con un objetivo muy claro, bajar de 3:30, a priori algo a mi alcance, luego se ha visto que no, quizás por confianza, quizás por falta de entrenamiento, o quizás por que mi cuerpo no me respetó.
De nada vale buscar una excusa o causa de "Fracaso", ya comenté cual era mi objetivo y de no conseguirlo sería el "FRACASADO", acepté el reto y "Fracase", así que ahora me toca asumir mi "error" y aguantar las críticas.
Por lo demás intentaré contar mi experiencia en este Agradable "Fracaso":
Después de los preparativos previos a la carrera, nos dirigíamos al Estadio Olímpico para dejar la bolsa con la ropa y comenzar nuestra aventura común y particular, un pequeño despiste entre la multitud me dejaba sólo ante el peligro minutos antes de dar la salida. Me encontraba tranquilo y confiado ya que sabía que lo podía hacer bien, pero al mismo tiempo me invadía una enorme duda de lo que me depararía el futuro.
Decidí comenzar muy tranquilo tal y como me habían aconsejado Paco y Antonio, la experiencia es un grado, así que decidía ir tranquilo y a pulso, los primeros kilómetros iban pasando y el ritmo no cuadraba con el tiempo ni el pulso, a partir de km7 comenzaba a intuir que algo no iba bien, siempre rozando el pulso más alto dentro de los márgenes marcados y el tiempo siempre por encima del ritmo estipulado, así el "Puro no arde", ja, ja, ja.
Era entonces cuando comenzaba a notar algo de molestia en mi pierna derecha, (la mala) y quería pensar que eran los nervios y no comenzar a ver la cruda realidad. Continuaba con molestias pero sin mayor importancia, alcanzaba a Jesús y sus compañeros del Atletismo Marbella, charlaba con ellos y al ser mi ritmo algo más rápido, decidía continuar mi camino aunque las sensaciones no eran las mejores, aún me encontraba dentro de mi objetivo, el pulso seguía siempre tendiendo al alza (vamos como la crisis), no me encontraba cómodo pero seguía y seguía, adelantaba al de la promesa de las uñas (1 año sin cortarlas, ¿te imaginas?), al Italiano de las 3 maratones en 4 días (¿eso como se hace?), y un sin fin de anécdotas.
Me acercaba a la media y ya estaba claro que no era mi día, pasaba en 1:49 y la tendencia era ir perdiendo con el paso de los kilómetros, mi cojera se acentuaba, incluso Ana la mujer de Jesús, que seguía la carrera en bici, se daba cuenta y me decía si necesitaba algo, pero no llevaba una pierna nueva. De nuevo sobre el km25 Jesús y sus compañeros me adelantaban y era ahí cuando vi el muro, ese que les llega a otros sobre el treinta y tantos, y cuando empecé a darme cuenta de que lo iba a pasar realmente mal, no obstante segúia como podía, sufriendo, corriendo (si se le puede llamar así), por intentar no parar, pero me fue imposible y las molestias podían con mi cabeza y en un puesto de ambulancia paraba para ponerme algo de ... lo que sea que se quite el dolor, lo peor fue ponerme a correr de nuevo, si lo se no paro je, je, je.
Sobre el km35 eso no era un muro, eso era la "Gran Muralla China", me tocaban en la espalda y me alentaban con un "El Triunfo es para los Supervivientes", me giro y era Rosa, que campeona, me alegraba un montón pero no podía ni si quiera intentar seguirla, allá iba ella, con su trotar elegante, flotando sobre el asfalto y con su sonrisa perezne, en busca de su gloria, mientras yo, me aferraba a mi calvario particular, pero no estaba solo, los había peores que yo (y ya es decir), me veía reflejado en ellos, cuerpos deambulando por el asfalto, con un único fin, acabar, acabar, a consta de lo que sea, igual estaba yo, solo que no podía dar más de mi, tube que parar de nuevo, más reflex o crema o veneno, lo que sea que alivie algo, y de nuevo arrancar, eso era lo peor, no sin antes comer algo y beber para reponer electrolitos.
Sobre el km38 "veía la luz" y me animaba, el ritmo era lamentable pero más lamentable era ver un sembrado de cadáveres acercándose al parque del Alamillo, allí estaba Manolo (nuestro reportero más dicharachero), con su buen humor, disfrutando y recordando cuando el también lo pasó tan mal, pero todo se agradece, en estas circunstancias una ayuda hasta por el c... es buena. Que alegría mutua al enterarse de que Rosa iba por delante, marchó rápido a su búsqueda para animarla en su recta final, mientras el rosario de cadáveres circulaban a mi paso por el Alamillo, hubo un momento en el que solo corría (por decir algo claro) yo, todo el resto andando y no muy bien. Recta final del Alamillo y regreso de Manolo, risas, charla, perdón a los patrocinadores, hijos y fans incondicionales, por el Agradable "Fracaso", venga, venga ya estás ahí, aquí te dejo y era cierto, sólo a un kilómetro del estadio y me lo decía aquel voluntario, mis gracias a todos ellos, que buena gente desde el primero hasta la última, sólo un kilómetro, gritaba junto al cartel de km41, mientras le contestaba, a ti si que te creo, pues sobre el km27 me decían que ya estaba ahí. Vamos, vamos ya estás ahí, esto está hecho y era en ese momento cuando justo al pasar el puente de la autovía, me venía el subidón y se me quitaba el dolor, se me olvidaba lo pasado, me acordaba de mi "amigacho" Miguel (el encajador de huesos) de mis hijos, de mis compañeros y comenzaba a saborear mi Agradable "Fracaso".
Entramos en el Estadio por el Túnel, chillaba de alegría y rábia contenida, (pero no me emocionaba, no tenía ni fuerzas, ja, ja, ja), buscaba con la mirada algo verde entre la multitud de la grada, me disponía a taparme los oídos, y al dar la curva lo sentía, notaba como me calaba hasta los huesos, esas voces amigas gritando mi nombre Diegooooooo, (no veas como se oye dentro de la pista, o es que chillaban mucho los jodios, ja, ja, ja).
Recta de meta, buscando el hueco para que la foto salga bien, no quiero a nadie delante que tape mi gesto, indice derecho al cielo, dando gracias a tod@s y el izquierdo señalando a mi camiseta de melgar team, un simple gesto que definía todo lo vivido, antes y durante la carrera. Luego puede comprobar que mi gran amigo Paco también señalaba a su camiseta, quizás no era yo, sino todos que estaban conmigo en ese gran momento, el momento más dulce de mi Agradable "Fracaso".
Después de terminar llegaba la risa tonta en la ducha y la odisea para cambiarme levantarme, sentarme, en fin ya habréis visto el vídeo de Paco, donde se aprecia el estado en el que acabé y del cual aún quedan secuelas, pero sólo puedo decir que ...
VOLVERÉ